Ajaccio, la villa natal de Napoleón
Ajaccio, la capital de Córcega, respira elegancia y sofisticación con sus terrazas, paseos y plazas llenas de gracial. Un lugar único ya que se situa en un golfo mirando al mar, con un fondo de montañas nevadas hasta primavera. A esto se añaden los colores vivios, la luz intensa de los 300 días de sol, la riqueza de su patrimonio y sus largas playas de aguas cristalinas. En definitiva combina lo mejor de Italia y Francia, con sus elegantes balnearios junto al mar y sus impresionantes cadenas montañosas, no en vano se le ha llamado una «montaña en el mar», ya que cuenta con 50 picos de más de 2.000 metros de altitud.
Su historia moderna está dominada por la figura de Napoleón Bonaparte, famosa por ser el lugar de nacimiento y hogar en sus primeros años, el autodenominada «Cité Impériale» (Ciudad Imperial) aun tiene una gran aire arquitectónico y cultural. Napoleón dio a la ciudad fama internacional y los visitantes no pueden escapar de su presencia conmemorativa que se hace presente por toda la ciudad.
El centro de la ciudad imperial se agrupa en torno a dos ejes paralelos: la Rue Fesch y Cours Napoleón, y un casco antiguo en torno al barrio del vieux port y la ciudadela (citadelle). La parte antigua es especialmente encantadora con un grupo de antiguas calles estrechas con altas y coloridas casas, que convergen en la Place Foch, en esta misma plaza se ubica el mercado típico con productos locales. La Place de Gaulle es el centro de la ciudad, aquí nace la Cours Napoleón, llena de elegantes boutiques y brasseries, y en paralelo a la playa.
Tiene una ubicación geográfica ventajosa en relación con el resto de la isla, pues está ubicada sobre la costa oeste de la isla. Numerosas playas y calas bordean su territorio, sobre todo la zona oeste pues es la más accidentada. Un destino diferente y cercano para disfrutar de unos días de relax.