Bergen, la colorida ciudad de cuento
Bergen, es la segunda ciudad más grande de Noruega y se fundó hace más de 900 años. Formo parte de la Liga Hanseática y fue centro neurálgico del comercio entre Noruega y el resto de Europa. Capital del país en el s. XIII hasta 1299, su situación geográfica impedía su fácil crecimiento y se decidió trasladar la capital a Oslo.
Situada en un valle formado por un grupo de montañas se la considera la puerta de entrada a los fiordos más salvajes y bonitos de Noruega, por lo que también se ha convertido en el mayor puerto de cruceros turísticos de Noruega, y uno de los mayores de Europa. No en vano, la revista Time en el 2004 nombró a la ciudad una de las catorce “capitales secretas europeas”, en reconocimiento a su gran actividad económica relacionada con el mar, con la acuicultura y la investigación marina.
Lo mejor es recorrer esta ciudad internacional con el encanto y ambiente de un pueblecito a pie y así impregnarnos de su cultura e historia. El casco antiguo de la ciudad es historia en sí mismo, y los museos y galerías mantienen vivos el arte y el patrimonio ancestral de Bergen.
Una de las cosas que más nos llama la atención es el Muelle Bryggen, los edificios del muelle hanseático de Bergen fueron realizados en madera y pintados de colores, ahora en lugar de pescado o mercancías albergan colecciones de arte, centros culturas y tiendas de souvenir. Un paseo por el Mercado de Pescado merece la pena y para aquellos bolsillos que lo permitan, no olvidemos de Bergen es una ciudad muy cara, podemos disfrutar de marisco fresco de muy buena calidad.
En el centro de la ciudad se encuentra el Lago Lungegardsvann, un bonito rincón para descansar, desde aquí podemos ir a visitar la Catedral de San Olaf, combina varios estilos arquitectónicos y no dejeís de buscar la bala de cañon que está en la fachada desde la batalla que tuvo lugar en el puerto de la ciudad en 1665, entre la marina británica y holandesa. Una de las principales atracciones es el Funicular Flǿibanen que nos lleva hasta la cima del monte Floyen desde donde vislumbraremos unas vistas maravillosas de la ciudad. Merece la pena subir. Los tickets del funicular también se pueden adquirir en la oficina de turismo y así nos evitaremos las colas que a veces se forman. Es recomendable la opción de subir en el funicular y bajar andando (1h 10’ aprox).
Es una ciudad fácil de recorrer por nuestra cuenta y está muy cerca del puerto donde atracan la mayoría de los cruceros.