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Recorrer esta zona de la costa formada por cinco pueblos (cinque terre), Monterosso, Vernazza, Corniglia, Manarola y Riomaggiore, de la Provincia de La Spezia es toda una experiencia. Declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, estos pueblos están situados en valles escarpados y rodeados de un terreno montañoso y agreste. A lo largo de los años se ha ido adaptando el terreno para utilizar de forma sostenible las laderas de las montañas para el cultivo de viñedos y olivos principalmente.
Los pueblos están conectados por serpenteantes caminos con bellas vistas al mar y a la montaña, los propensos a marearse en los coches no os preocupéis, hay un camino principal a lo largo de las costas que les va uniendo, el recorrido es verdaderamente sorprendente y todos los pueblos tienen su encanto. Aunque se pueden recorrer en coche yo os recomiendo llegar hasta Riomaggiore, dejar el coche y recorrer el resto de los pueblos en barco, de tal manera que podemos disfrutar de un baño o un refrigerío en cada uno de ellos.
La vuelta desde Riomaggiore al atardecer nos ofrece un bello paisaje que nos permitirá hacer una de esas foto “en la retina” que conservaremos para siempre. Pero lo ideal, es poder hacer noche en alguno de los pueblos y disfrutar de ellos durante varios días, esto también nos permitirá realizar uno de los senderos más románticos del mundo: La vía del Amor, que conecta Manarola con Riomaggiore. Este sendero de poco menos de un kilómetro y a una altura de 30 metros, está excavado totalmente en la roca y lo han acondicionado para los transeúntes con una barandilla y bancos donde poder sentarnos y contemplar su paisaje de rocas, plantas, flores con un exuberante mar de fondo.
Brevemente os dire que la Historia de este sendero no es una historia de amor, data a los años 30 durante la construcción de la línea ferroviaria que unía a los pueblos del Cinque Terre. Entre los pueblos de Manarola y Riomaggiore tenían que realizar un túnel en la montaña por lo que recurrieron a minas y explosivos para excavar en la roca maciza, esto implicó la construcción de un almacén en un sendero de difícil acceso para guardar todo el material explosivo. Cuando terminaron las obras del tren el almacén se desmanteló pero el sendero quedo. Los habitantes de ambos pueblos se dieron cuenta que el sendero era provechoso, así que los obreros de ambos pueblos en cooperación alargaron el sendero y construyeron un camino cómodo, seguro y con unas vistas increíbles. Durante muchos años fue llamado “Calle Nueva” hasta que un día una persona anónima colocó un cartel al inicio del camino con el escrito “Via del Amor” y así se consagró el recorrido romántico.